Lavar a mano (no usar lavarropas) .
Sumergirlo en un balde con agua templada o fría (no caliente) .
Utilizar jabón neutro, evitar los jabones agresivos .
No frotar, no refregar ni retorcer .
Dejar en remojo por 10 minutos aprox para que el jabón penetre en los tejidos.
Quitar el exceso de agua apretando un poco con las manos y luego con una toalla .
No estrujar ni retorcer .
Se puede centrifugar el producto envuelto en una toalla durante unos pocos minutos ( menos de 3' ) para quitar el exceso de líquido.
Secar a la sombra, en plano, no colgando.
No secar en máquina.
No planchar sobre el tejido ni etiqueta.
ATENCIÓN :
- El continuo lavado puede afectar los colores.
- Recordá nunca cortar una hebra del hilado. En caso que alguna se haya soltado, podés acomodarla con una aguja y pasarla para el lado del revés.
Ya conocemos la nobleza del cuero. Es un material hermoso y atemporal que siempre va perfecto con todo, ya sea indumentaria o deco. En él se observan las características propias de cada producto y las que va adquiriendo con el uso.
Mantenerlo dejos de una fuente de calor, ya sea calefacción o sol. Guardá tu producto de cuero en un ambiente seco.
Para quitarle el polvillo que se le deposita en la superficie, se recomienda el uso de paño suave, que no deje pelusa ni rayones.
Para rejuvenecerlo o quitarle la resequedad del uso, se puede recurrir a la pomada/cera para calzado: colocarle un poquito con un cepillo que no lo raye, dejarlo secar y pasarle luego un paño o gamuza para brindarle suavidad y brillo.
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